La Epiphone Les Paul Special DC 1960 Reissue nace con una intención clara: recuperar el lenguaje directo de una guitarra que marcó una forma de entender el rock cuando todavía no existían etiquetas. Su fuerza no reside en adornos superfluos, sino en una combinación de construcción sencilla, electrónica eficaz y una estética que ha sobrevivido décadas sin perder personalidad. En esta reedición, Epiphone y Gibson Custom trabajan codo a codo para acercar al presente una sensación que muchos músicos identifican como pura, honesta y sin dobleces. El resultado es un instrumento que respira historia, pero que se siente plenamente vigente en manos modernas.

Especial en Todos los Sentidos: La historia de la Gibson Les Paul Special comienza en 1955 con un diseño de una sola abertura en el cuerpo que pretendía ofrecer una opción más completa que la Les Paul Junior. La incorporación de dos pastillas P-90 en lugar de una ampliaba su abanico sonoro y permitía transitar con naturalidad desde tonos suaves hasta texturas rugosas cargadas de armónicos. El diapasón con binding y el logotipo de madreperla en la pala le daban un toque distintivo sin perder su enfoque práctico. Tres años más tarde, en 1958, el modelo adoptó un cuerpo de doble cutaway que facilitaba aún más el acceso a los trastes superiores, un cambio simple pero crucial para quienes buscaban soltura a lo largo de todo el mástil. En 1960 llegó otro avance decisivo: un perfil de mástil más delgado, conocido como SlimTaper, que aportaba rapidez y una sensación más ágil bajo los dedos. La recolocación de la pastilla del mástil en una posición ligeramente más baja contribuyó también a equilibrar la respuesta general y a mejorar la comodidad técnica. Aquella combinación definió una etapa en la que la Les Paul Special se consolidó como una herramienta sólida y sorprendentemente versátil a pesar de su concepto minimalista.

Les Paul Special DC 1960 Reissue: una Reinterpretación Fiel: La reedición presentada por Epiphone en colaboración con Gibson Custom se basa en recuperar esa versión de 1960 tan buscada por coleccionistas y músicos por igual. Lo primero que destaca es la construcción con un cuerpo de Caoba sin cámaras interiores, un bloque único que transmite una sensación reconocible al instante. El mástil, de una sola pieza de Caoba, adopta el perfil 60s SlimTaper, característico por su tacto rápido y su transición suave en todo el recorrido. El diapasón de Palo Rosa integra 22 trastes medium jumbo y marcadores de posición de madreperla en forma de punto que mantienen la estética clásica sin complicaciones adicionales. Su radio de 12 pulgadas equilibra acordes abiertos y estiramientos de cuerda, permitiendo una ejecución fluida tanto en acompañamientos como en frases más expresivas. La pala mantiene la silueta tipo “open book” propia de Gibson, un detalle que encaja con la intención histórica de esta reedición. Los clavijeros Epiphone Deluxe con botones blancos aportan estabilidad y coherencia visual. En la cejuela, el uso de Graph Tech ayuda a reducir fricciones y mejora la estabilidad de afinación. En el extremo opuesto, el puente tipo Wraparound con tornillos de octavación reproduce la experiencia de los modelos clásicos, anclando las cuerdas con firmeza y contribuyendo a la resonancia característica que muchos asocian inmediatamente con la Special.

El Carácter de las P-90 Soapbar: Una parte vital del atractivo de este instrumento reside en sus pastillas. La guitarra incorpora un par de P-90 Soapbar fabricadas en Estados Unidos por Gibson Custom y cableadas a mano. Su comportamiento es amplio, dinámico y muy sensible al ataque de la púa. Pueden recorrer sin esfuerzo registros claros con un matiz dulce y, en el extremo contrario, ofrecer un rugido áspero que encaja en estilos que necesitan presencia y un empuje mordaz. Controlar su respuesta no solo depende del amplificador, sino también del uso de los potenciómetros. Por ello, Epiphone recurre a componentes de calidad como los CTS y a condensadores Bumblebee de papel en aceite, dos elementos que refuerzan la autenticidad de la respuesta tonal y aportan una transición orgánica entre matices. Los controles separados de volumen y tono para cada pastilla permiten un abanico amplio de ajustes, desde configuraciones equilibradas hasta combinaciones en las que se enfatiza un carácter más agreste o más refinado dependiendo de la posición del selector. Es esta flexibilidad lo que convirtió a la Special en una compañera habitual de músicos que buscaban un sonido menos procesado y más ligado a la expresión personal.